Ortro

Perro mitologico de dos cabezas hijo de Equidna y Tifón, destinado por Gerión a guardar sus bueyes. Muere asesinado por Heracles cuando Euristeo le ordena robar dichos bueyes.

Cuentan que Ortro aparece representado juento a Euritión y Gerión en el escudo que portaba Eurípilo, el hijo de Heracles.

Salamandras

Son las hadas mas antiguas, anteriores incluso a los dioses. Como espíritus del fuego, su cuerpo está compuesto por éste, y aunque no muy a menudo se hagan visibles se hacen presentes cuando encendemos una llama.
Según el mito griego, cuando alguien acercaba la mano al fuego y se quemaba, una salamandra lo castigaba por algún motivo.

Arión

Caballo negro alado que posee el don de la inmortalidad y la palabra. Es hijo de Poseidón y Deméter. En uno de sus trabajos, Hércules utiliza este caballo para conquistar la Élide; tras este episodio, se lo regala a Adrasto de Argos, al cual, Arión salva la vida en la guerra denominada Los Siete contra Tebas, en la que su ejército es derrotado.

Kelpie

De tradición escocesa y origen celta, este ser se representa como un caballo de agua vinculado a lo maligno. En ocasiones se le define como un espíritu malvado enemigo de los hombres. Suele adoptar la apariencia de un caballo, a veces de un deslumbrante blanco y otras como un magnífico ejemplar negro, mediante la cual engaña a sus víctimas para que suban sobre su grupa y así, arrastrarlas hasta alta mar o adentrándose en un lago, donde las devora.

También puede presentarse con forma humana, tanto de hombre como de mujer, donde parecen recién salidos del lago para así ganarse la confianza de los viajeros y empujarlos al agua con el fin de ahogarlos. Además de esto, se lanzan a las patas de los caballos para hacerles perder el control, haciendo así que el jinete caiga al agua encontrándose con el kelpie, que lo espera para devorarlo o somplemente causarle la muerte.

Harpías

Son seres femeninos de la mitología griega, generalmente representadas con cabeza de mujer y cuerpo de ave. Emitían unos sonidos estridentes y espantosos con los que se comunicaban. De naturaleza maléfica, se deleitaban molestando a cualquier otro ser vivo. Suelen ser bastante cobardes,  por tanto, también huidizas, aunque también muy vengativas.

A menudo son enviadas como castigo divino. Roban a los niños y las almas de los recién difuntos.

Caribdis

Es hija de Gea y Poseidón. Era una divinidad joven y hermosa, pero poseía una voracidad que a Zeus no le agradaba.

En uno de sus trabajos, Heracles viajaba en su barco con los bueyes del rey Gerión, pero se cruzó con Caribdis y ésta devoró algunos de los animales sin que el héroe pudiese impedirlo. Zeus supo lo ocurrido de inmediato y fulminó a la joven con su rayo, haciéndola caer en el estrecho de Mesina, donde habita junto a Escila.

Fue castigada a absorber grandes cantidades de agua al día, tragando así todo lo que flota en el mar.

Actualmente, la expresión "estar entre Escila y Caribdis" vendría a ser lo que en castellano se conoce como "estar entre la espada y la pared".

Escila

Es un monstruo marino con cabeza y cuerpo de mujer que terminaba en forma de pez. De su cintura salían seis cabezas de perro. Habita en el estrecho de Mesina, en el mar Mediterráneo. Era hija del dios marino Forcis, que también engendró a las grayas, a las gorgonas y a Equidna. No siempre tuvo un aspecto monstruoso.

Escila era una joven dulce y hermosa. Un día, mientras paseaba por una cala, el dios marino Glauco se enamoro de ella. Se acercó hasta donde se encontraba e intentó conquistarla, pero ella lo rechazó porque el aspecto del dios le daba miedo. Glauco acudió a la maga Circe en busca de ayuda, pero ésta, celosa, lo engañó dándole una pócima maléfica para que vertiera en la cala donde Escila solía bañarse.

Glauco hizo lo que la maga le había dicho, y mientras la joven se bañaba se horrorizó al descubrir que una jauría de perros le estaba naciendo de la cintura y comenzaba a devorarla. Al convertirse en un monstruo, el dios marino perdió el interés por ella.

Hoy en día, en el estrecho de Mesina, se relaciona la posición de Escila con unas rocas que no se pueden evitar sin ir a parar a un remolino, Caribdis.